Llamazares contra la explotación infantil, pero...

Los diputados no quieren niños que trabajen.

La sesión de ayer de la Cámara de Diputados de la provincia pasó ayer con proyectos de declaración en los que no hubo ninguna aspereza digna de destacar. Salvo por una iniciativa que presentó el diputado Ángel Llamazares para declarar de interés de la Legislatura el día internacional contra el trabajo infantil, que finalmente fue aprobado. 

En su fundamentación puso especial énfasis el diputado al recordar que el 70 por ciento del trabajo infantil en el mundo, corresponde a pequeños obreros rurales, pero Llamazares es además, secretario de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores en Santiago, entidad que debería controlar para que no haya niños siendo explotados en el campo por lo que, si alguna imputación se hiciera contra los patrones que emplean a niños para explotarlos en los surcos, algo de responsabilidad también le cabría a este gremio, por lo menos en la provincia.

Con voz  emocionada, recordó que él también fue trabajador del surco, y reclamó que los derechos humanos también se apliquen para esos chicos que -dijo-  no son “de la calle” sino que están “en la calle”.

Se lamentó Llamazares de que muchos de esos niños no conozcan a sus padres, como le pasó a él mismo, que a los 10 años lo separaron de sus progenitores y recién los volvió a encontrar los 20.

Lo único que no dijo, fue que hace unas semanas, junto a otros tres diputados, todos de extracción justicialista, todos gremialistas igual que él, recibió casi 4 millones de pesos para comprar bolsas de comida para familias pobres, sin que hasta el momento se haya sabido si se compraron los alientos, a qué proveedores, a qué precio, bajo qué criterios, dónde los almacenaron, qué visitadores sociales hicieron el trabajo de campo para distribuirla con ecuanimidad y justicia, cómo hicieron para entregarla y dónde están los documentos en los que consta que los padres de los pequeños, a los que defiende Llamazares, recibieron la comida.