domingo, 4 de julio de 2010

Impuestos justos a la renta financiera

Emilio Rached
Emilio Rached.
Un sistema impositivo ampliamente regresivo, cuyo peso recae sobre los sectores medios y bajos mediante el impuesto al valor agregado (IVA) y otros impuestos al consumo, es una de los fenómenos que explica la inequitativa distribución de la riqueza, esto es, de la injusticia social en la Argentina.
Mientras todos los argentinos, sin importar sus ingresos ni el lugar que ocupan en la pirámide social, contribuyen de manera igualitaria (en una inversión grosera del criterio de igualdad) por su sola condición de consumidores, grandes fortunas se encuentran al amparo de exenciones insólitas y constituyen, por eso mismo, privilegios irritantes que socavan toda posibilidad de construir una sociedad genuinamente democrática al tiempo que vulneran el principio básico de la toda convivencia civilizada: el que más tiene más aporta.
Y es aún más irritante el esquema cuando comprobamos que esas verdaderas canonjías se verifican en la virtual ausencia de gravámenes a la renta financiera, lo que permite la formación, contraria a toda lógica económica y social, sobre todo en los países en vías de desarrollo, de lo que podríamos llamar una burguesía parasitaria que, excluida prácticamente de todo riesgo, conspira contra el esfuerzo que millones de argentinos  -desde los asalariados de la ciudad y el campo hasta los empresarios con vocación nacional, desde los  artesanos a los productores rurales, pasando por toda la gama de integrantes de lo que podríamos llamar el campo del pueblo- realizan diariamente.
Movidos por este criterio y una saludable rebeldía, un grupo de senadores, entre ellos Emilio Rached, han presentado un proyecto de ley para terminar con estas insultantes exenciones, lo que permitiría al Estado Nacional incrementar en 8.000 millones de pesos, aproximadamente, la recaudación, con lo que se podría atender las deudas que la sociedad en su conjunto tiene con tantos desamparados, excluidos y postergados que constituyen, con su dolor, una afrenta a la conciencia de todos los hombres y mujeres de buena voluntad.   

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