martes, 9 de febrero de 2010

Qué falta en los hospitales

Rosa Campusano*

El Regional es el único centro de salud público de la provincia encargado de atender todas las especialidades médicas, todas las derivaciones provenientes de otros hospitales de toda la provincia.
Para tener una idea de lo que significa trabajar en un hospital de estas características, baste señalar entre en sus falencias más graves está el hecho de que hay una  provisión discontinua de insumos básicos: medicamentos y material descartable (jeringas, agujas, guantes quirúrgicos, camisolines, gasa). Todos son de uso diario y requieren una reposición continua. Hoy, quien va a hacerse atender debe correr con todos estos gastos, adquiriendo estos artículos en alguna farmacia, si no, no hay posibilidades de curarlo.
Otra de los problemas que aqueja sobre todo a los profesionales, es la falta de mantenimiento de los equipos (respiradores, monitores, tomógrafo).
Las habitaciones en las salas de internación no tiene una ventilación adecuada, las ventanas están rotas, los colchones tienen un espesor milimétrico y la cantidad de camas es insuficiente, muchas veces dos pacientes internados comparten la misma cama.
La unidad de terapia intensiva sólo tiene doce camas, la precariedad es casi infinita en estre caso. ¡Solamente doce camas para todas las urgencias de la provincia!
Las condiciones edilicias son desastrosas: hay humedad en las paredes, depósitos de basura, baños en condiciones (paradójicamente) insalubres.
En estos momentos el Regional está funcionando sólo en las áreas de Urgencia (abarca Área Clínica y Cirugía de Urgencia), Crítica (Terapia Intensiva, Neonatología, Ginecología y Obstetricia, Hemodiálisis).  En las salas se atiende parcialmente, es decir, solo en las áreas de Quirófano (para cirugías de urgencia), Radiología, Laboratorio, y Sala de Puérperas.
Mientras algunos se encargan de acusar a los médicos por abandonar la salud pública, estos se defienden alegando que no se puede brindar una atención eficiente y satisfactoria (ni para el enfermo ni para el profesional que atiende) en este contexto de hospital y de crisis. “Aquí no se hace abandono de persona”, se defienden algunos.
El panorama es desolador en un  lugar que se concibió para preservar la vida pero en la práctica necesita de una urgente reforma para cumplir con ese objeto. 
*Colaboradora.
Foto: El hospital Regional está militarizado. 
En la imagen, policías con familiares de enfermos.

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