Ramón Landajo*
No quieren ver y escuchar al pueblo. La dirigencia del país, política, social y económica, es sorda y ciega. No quieren ver y aceptar la realidad que nos empuja hacia el abismo, y en sordas peleas de intereses personales o de grupos, se hacen sordos y ciegos ignorando el dantesco panorama que ofrece la realidad argentina.
Es la vieja lucha que un día tuvo un esperanzado amanecer con la llegada del Peronismo. Diez años que pudimos mostrar al mundo, que había un pueblo decidido a ser Nación, porque tenía un Líder y Conductor que se llamaba Juan Domingo Perón. Diez años en que se rompieron cadenas que nos ataban y nos mantenían sumisos, explotados, esclavizados. Diez años donde el hombre argentino recuperó la honra y dignidad que tienen aquellos que saben y luchan por la libertad e independencia, porque hubo un visionario Presidente de la Nación , que respaldado por los trabajadores, hicieron nacer la esperanza de una Nueva Argentina que disponiendo de todo por gracia de Dios, supo unirse, administrase y llevar progreso y beneficios a toda la familia nacional.
El General Perón recibió y mantiene la lealtad del pueblo. No así de la dirigencia que olvidó su mensaje.
Transcurrieron aquellos diez años. Se concretaron dentro del marco de un Proyecto Nacional cuanto supo prometer el General Perón. Los Derechos del Trabajador, que incorporados a la Constitución Nacional en 1949, la cual ha sido derogada por decreto, por lo que mantiene pese a sus detractores plena vigencia, fue base y sostén de una legislación modelo que primero reconoció por un decreto bastardo y sucio una supuesta anulación para volver a la anterior, luego transformada por la de1949, donde la gusanería política, oficial y opositora, dieron cabida a la nueva, para en el correr del tiempo, sin respetar lo establecido para toda reforma constitucional, se continuara con la burla, el engaño y el saqueo a lo que quiso y fue Argentina Nación.
Los seudo gobiernos llamados “justicialistas”, no han sido mejores que los del antiperonismo. Llámense radicales o el de los cuartelazos. Ninguno ha respondido a su compromiso ni con la Patria ni con el Pueblo. Los llamados “democráticos”, porque en torno a figuras que merecían y merecen reconocimiento por su honestidad y capacidad, fueron ganados por las bandas que simulando identidad, se instalaron junto a los mismos.
Los de facto, porque llevaron a la antipatria a ocupar lugares desde donde masacraron al ciudadano y participaron del endeudamiento y entrega del patrimonio que es de todos.
Los recientes, última camada de simuladores “justicialistas”, adueñándose de la simbología Peronista, participando y encumbrado siniestros personajes participes de la entrega, opresión y sometimiento del pueblo en general, movidos por ambiciones personales o de grupo que se encolumnan en los florecientes y muchos “ismos”, burlándose del sentir de un pueblo que no simula, ni traiciona, que son los trabajadores Peronistas.
*Un hombre de Perón.
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