Vuelvan a estudiar
Justo la enésima vez que la policía requisa las propiedades de Julio Alegre, hallan “una abultada suma de dinero”, según cuenta la prensa de hoy.
Ya han pasado veinte veces por la famosa finca y ahora, ¡oh!, ¡sorpresa!, hallan una caja fuerte que antes no habían visto. El juez Juan Ignacio Coria Vignolo y su antecesor, Gustavo Herrera, deberían volver a la universidad así se enteran de que un allanamiento de estas características, sin la presencia de los dueños de casa o de sus abogados, es nulo. Hasta parece una bromita para Tinelli. Un alto funcionario nacional, cada vez que viene a Santiago le recuerda a Gerardo Zamora, un vuelto de 40 millones de pesos que se quedó Julito. Y a las horas vuelven los allanamientos. Obediente el gobernador.
El mal menor
Están equivocados los que sostienen que mañana, cuando Zamora señale a cualquiera diciendo “es mi candidato”, necesariamente ganará la intendencia de la Capital.
El que mejor medía en las encuestas, les guste o no a los zamoristas, era Gerardo Montenegro, a quien bajaron de un hondazo. Los peronistas que trabajaron para él, de la boca para afuera aceptan que trabajarán para que gane un oficialista, pero a los amigos les confían que votarán por José Zavalía. “Puede ser que Montenegro acepte trabajar para que un radical sea intendente, capaz que le den una diputacía nacional como premio, pero, ¿y nosotros qué ganamos?”, preguntan los muchachos. Y como no les dan respuestas, se irán en masa con el que llaman “el mal menor”.
Municipales enojados
Los obreros y empleados de la municipalidad que fueron beneficiados por un ascenso, piden que les devuelvan la categoría que les quitó Zamora, apenas asumió.
Resulta que en un acto de justicia, apenas asumió por segunda vez la intendencia de la capital, Zavalía ascendió de categoría a muchos municipales que se lo merecían, no solamente por los años de antigüedad sino porque eran buenos trabajadores. Pero Zamora les quitó los ascensos. “Resulta que para que Alegre se lleve la plata a la casa sí había, no les falta un millón de pesos para cambiar los focos de la plaza Libertad, pero para devolvernos lo que era nuestro, no hay”, se quejan los empleados. Y agregan: “Que no nos vuelvan a pedir el voto porque vamos a votar al que más les duela”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario