lunes, 19 de julio de 2010

Primicia: Musa acusado de torturar en el Chaco


Musa Azar.
El ex jefe de Inteligencia de la Policía de Santiago antes, durante y después de la dictadura militar, Musa Azar, está en la mira de justicia federal por su participación en el interrogatorio y tortura de una presa política, ocurrida en Resistencia, entre los meses de mayo y agosto de 1976. Actualmente, Azar está preso con cadena perpetua por el asesinato de dos mujeres en 2003, conocido como el doble crimen de La Dársena.
En abril de 2010, la fiscalía Federal de Resistencia presentó un requerimiento de instrucción judicial ante el conjuez, Juan Antonio Piñero, en donde se le imputa a una veintena de represores de Chaco y Santiago del Estero por apremios ilegales, violación calificada y privación ilegítima de la libertad contra Nora del Valle Giménez de Valladares, Patricio Tierno, Manuel Parodi Ocampo y Luis Arturo Fransen.
Giménez fue detenida en Resistencia junto a su hijo, Héctor Alberto, de ocho meses, el 29 de abril de 1976. El operativo fue ejecutado por personal civil de la Brigada de Investigaciones y encabezado por el sargento retirado, Gabino Manader, hoy en pleno juicio por la Causa Caballero.
La trasladaron a la Brigada de Investigaciones, ubicada a metros de la Casa de Gobierno. La despojaron de sus efectos personales, la desnudaron y sometieron a aplicación de electricidad mediante picana y golpes, durante 46 horas. Todo esto en presencia de su hijo.
El 1 de mayo de ese año, firma por intermedio de Manader y por orden de la jueza de menores la entrega de su hijo a su suegra Nelly Dupuis de Valladares. Al tercer día de su detención la trasladaron a un galpón ubicado cerca del río, probablemente Barranqueras. Allí fue torturada nuevamente. Pierde el conocimiento y reacciona en una sala de la Brigada de Investigaciones.
En esa dependencia policial permaneció junto a unos 30 detenidos. El 20 de mayo, la trasladaron a la Alcaidía de Resistencia. En junio, la retiraron por la fuerza y la derivaron nuevamente a la Brigada donde estaba una Delegación de la Policía de Santiago del Estero encabezada por el comisario Mussa Azar, Miguel Garbi e integrada por García (del conjunto folklórico las “Sombras Azules”), Montenegro y González (agente que oficiaba de chofer). La desnudaron y ataron los pies y manos a un elástico mojado, procediendo a la aplicación de picana en vagina, pechos, ojos y boca durante toda la noche, mientras desarrollan interrogatorios la reanimaron con golpes en el estómago y agua fría.
En los primeros días de julio la reintegraron a la Alcaidía, permaneciendo en enfermería por su delicado estado de salud. El 17 de julio, en un operativo comandado por el inspector Yedro, la trasladaron a la Brigada y en un sótano especialmente acondicionado, el Inspector de Servicio de Inteligencia Cáceres y el Delegado de la Policía Federal, Carlos Martínez, la torturaron durante cinco días.
Posteriormente, la reintegraron a la Alcaidía y en agosto la trasladaron para un nuevo interrogatorio a la Brigada. De allí fue llevada hasta la oficina del ex jefe de la Policía, Wenceslao Ceniquel, donde también se encontraba el coronel, Jorge Larrateguy. En el lugar se encontraban además el subjefe Comisario Thomas y la delegación de la Policía Santiagueña.
Larrateguy le advirtió a Giménez que ya el II Cuerpo del Ejército la transfirió al III Cuerpo para que diga lo que ellos quieren saber o “me pasan la boleta”, según declaró. Mussa Azar y Miguel Garbi, que meses atrás la torturaron a cara descubierta “porque no iba a existir para contar la historia”, describiendo el itinerario que “haremos con escala en Santiago del Estero y destino a la escuelita de Famaillá o a la Central de Policía de Avenida Sarmiento en Tucumán”, ambos lugares habilitados para las torturas que necesita conocer.
Mussa Azar la interrogó con nombres y apellidos sobre personas de Santiago y aclaró que Alberto Lezcano, ya estaba en manos de la Policía santiagueña, por eso no le iba a preguntar más por él. Después de cuatro o cinco horas de amenazas y presión psicológica, irónicos y contradictorios interrogatorios se retiran y la devuelven a la Alcaidía Provincial, siendo trasladada por una comisión presidida por el Inspector Yedro.
La causa está caratulada como “Gimenez de Vadallares, Nora del Valle s/ Denuncia apremios ilegales, violación calificada y privación ilegítima de la libertad” y pide que los impute “prima facie” por el delito de privación ilegítima de la libertad a los represores: Gabino Manader, Enrique Rubén Diaz, Comisario Soloaga, Ramón Esteban Meza, José María Cardozo, Carlos Eduardo Cáceres, Hugo Rubén Martinez, Enzo Breard, González, Alegre, José Marín, doctor Héctor Orlando Grillo, Musa Azar, Miguel Garbi, Manuel Alberto García, Montenegro y Miguel Ángel del Valle González.

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