sábado, 7 de agosto de 2010

La verdad del voto por la 125

Emilio Rached
El senador Rached dice su verdad.
Ante la repercusión que han adquirido mis declaraciones a dos programas radiales en los que se recordaba las circunstancias que rodearon la histórica votación de julio del 2008 sobre el proyecto de ley que ratificaba la Resolución 125 de retenciones móviles, quiero expresar que referirme a aquella trascendente jornada me genera sensaciones encontradas.
Por un lado la satisfacción por el voto, en este caso el mío, que ha servido para descomprimir una situación en extremo tensa y contribuir a que los argentinos amanecieran el 18 de julio de aquel año con el alivio de haber superado un conflicto que durante meses tuvo en vilo a la Argentina: en esto tengo la íntima convicción de que he cumplido con mi deber. Por otro lado aparecen en el recuerdo también los coletazos de situaciones desagradables que me ha tocado atravesar en mi provincia, especialmente, donde desde esa fecha sufro la proscripción y la censura más absolutas en los medios de comunicación.
Asimismo esos desagradables episodios, los de esa jornada, incluyeron llamadas telefónicas por parte de autoridades de la provincia que me hacían responsable de la perdida de beneficios que sufriría Santiago del Estero si no votaba a favor de la ley; mensajes intimidatorios de quienes querían que vote en contra de la ley; y, a través de un teléfono celular de uso común en mi oficina, de un mensaje de texto que decía “pedí lo que quieras” para votar a favor del proyecto y que por su carácter anónimo no ha merecido ninguna denuncia de mi parte.
Quiero agregar que ningún senador a lo largo de aquella sesión intentó ejercer influencia sobre mi posición, reinando el más absoluto respeto entre todos los integrantes del Senado de la Nación; y tengo para mi que desde entonces existe en la opinión pública una mirada distinta sobre el Parlamento argentino.
Es eso, en esencia, lo que mi memoria ha guardado de un día singular para la vida de los argentinos; y con este comunicado quiero cerrar esta evocación que no me es grata y que no he buscado.

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