lunes, 2 de agosto de 2010

Macri

Nicolás Márquez*
Macri recibe menos apoyos que los deseados.
Así como le pasó a Olivera, a Patti, a de Narváez, a Blumberg y ahora a Macri (por citar algunos de los tantos casos de personas que -con mayores o menores argumentos- padecieron operaciones de prensa), va de suyo que el modus operandi habitual y normal del kirchnerismo consiste en fabricar juicios o campañas de desprestigio para comprometer o desacreditar sectores opositores.
De igual manera, cayeron los militares retirados que pelearon la guerra contra el terrorismo, la prensa opositora en su inmenso conjunto también fue y es víctima de persecuciones, pinchaduras de teléfono y operaciones varias (tal como lo denunció la SIP y la familia Noble nos puede dar testimonio al respecto).
Pero Macri hoy es quien tiene la espada de Damocles. Luego, el problema que tiene el dueño el PRO no es sólo legal sino político. Puesto que que Macri cae en la cuenta de que son mucho menos de lo deseado los apoyos políticos que recibe ante esta embestida.
Ocurre que Macri traicionó a Abel Posse (le soltó la mano apenas se dio cuenta de que el reconocido pensador era “de derecha”); a Jorge Sobich le hizo lo propio cuando este también fue víctima de la famosa operación en el desdichado episodio del maestro Fuente Alba; a Ricardo López Murphy lo abandonó en plena campaña presidencial en el año 2007; al electorado conservador que lo votó lo engañó tras aprobar el matrimonio gay; al electorado castrense que lo apoyó lo dejó pedaleando en el aire nombrando terroristas en su estructura de gobierno y haciendo oídos sordos ante el encarcelamiento masivo de militares retirados y así, tenemos un inacabable rosario de deslealtades.
Macri hoy es víctima, no hay duda. Pero cuando otras víctimas caían a su lado, la política de Macri fue la indiferencia o la traición. Sólo supo apoyar a de Narváez cuando a este se lo pretendió vincular con el tráfico de efedrina. Pero allí no le quedó más remedio que respaldarlo, pues el colombiano era por entonces su principal socio político y se estaba en plena campaña electoral (en el 2009).
Si bien algunos lamentan la operación que hoy le toca padecer a Macri, otros dirigentes y ciudadanos con memoria no pueden evitar esbozar un procaz “!que se joda! uno recoge lo que siembra y como dice Serrat: “la vida te pasa facturas”.
Legítimos y entendibles rencores aparte, la conclusión es que más allá del indecoroso papel de Mauricio Macri desde que se lanzó a la política, todos los defensores del estado de derecho deseamos que a la postre, el hijo de Franco salga indemne de este galimatías, puesto que el imperio de la ley y el concepto de justicia independiente debe pesar por sobre la repulsa que con no pocos argumentos pueda despertar la persona afectada .
* Periodista, abogado, escritor. Ultimo libro “El Canalla – la verdadera historia del Che”.

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