Carlos Juárez en otros tiempos.
Esta mañana la falsa noticia de que Carlos Arturo Juárez había fallecido corrió como un reguero de pólvora por la ciudad. Los mensajes de texto de los teléfonos celulares se colmaron con la novedad y arreciaron las consultas a los allegados al cinco veces gobernador de la provincia.
El hombre tiene 93 años, artrosis en los miembros inferiores, una operación de próstata y un marcapasos, entre otros achaques propios de la edad.
De todas maneras, aunque haya sido falaz la noticia, una gran mayoría de quienes la creyeron se acongojó sobremanera, no por nada Juárez se había ganado el mote de “Tata”, que significa padre en quichua y que es una de las más altas honras a que puede aspirar un santiagueño de ley. Otros, los menos, se alegraron con un rencor retrospectivo, demostrando que también ante la muerte osan llegar hasta el fondo de la miseria humana, haciendo ver un corazón rastrero y un alma infectada de las peores pasiones que puede padecer un hombre.
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