Fatalmente considerados como cobardes frente a gobernantes hegemónicos y ante regímenes autoritarios, los santiagueños acabamos de recibir una lección de un pueblo de mujeres, como fue Colonia Dora, la semana pasada.
Es que las amas de casa se juntaron espontáneamente y se hicieron escuchar, con severidad, cuando en la cara le reprocharon al gobernador Gerardo Zamora de la desidia de su administración y la apatía de sus funcionarios para resolver los problemas de la gente.
Concretamente, las mujeres de Colonia Dora insultaron y maltrataron y, si no salta una tapia, capaz que lo agredían también al primer mandatario.
Fue cuando el gobernador acompañó al ministro de Salud de la Nación , el tucumano Juan Luis Manzur, para observar in situ a los damnificados de los desbordes del río Salado. El periplo empezó y terminó en Colonia Dora, ante la reacción femenina. Los vecinos de Icaño y Real Sayana se quedaron sin la visita del ministro nacional y del gobernador.
“Si a mí me llegan a insultar el 1% de todo lo que le dijeron a Zamora, reacciono”, decía un “valiente” productor agropecuario que presenció el grave incidente.
Los funcionarios del zamorismo (sobre todo lo encargados de la “Inteligencia”), no están anoticiados de lo que pasa abajo; en el pueblo empobrecido que sufre todos los días. Por ello, no fueron capaces de evitar el fuerte choque de las mujeres de Colonia Dora.
Ahora, Zamora ya está informado de lo que pasa fuera de la Casa de Gobierno, debajo del avión de la provincia y en los alrededores de los mitines político-institucionales-oficialistas.
Sabe, perfectamente, que la mujer de Santiago no está dispuesta a comportarse cobardemente como sus hombres, sino que se ha puesto firme y demanda y exige a sus autoridades que saquen de la pobreza, el abandono, la marginación, la exclusión y de la falta de alimento a sus hijos. Va por la dignificación de su hogar.
“La mujer pobre de Santiago está sublevada” es un título y el alerta para los políticos santiagueños. No más promesas incumplidas frente a las verdaderas jefas de hogares que, así como en Colonia Dora, las dejaron a su suerte, en medio de las inundaciones y con el agua del Salado que le arrebató lo poco que tenía, dejando a su familia a la intemperie.
“Cinco meses que no nos dan asistencia de nada. Ni alimentos ni chapas. Estamos abandonados”, fueron los argumentos con los que las mujeres de Colonia Dora se animaron a decirle al gobernador Zamora tantos insultos.
“Hacete cargo de esto. No es culpa del gobierno nacional”, le susurró varias veces el ministro Manzur a Zamora, antes de que las mujeres los obligaron a huir del lugar saltando una tapia que les acortó el camino hacia los autos oficiales.
Corresponde también que Zamora diga: “Hacete cargo”, a cada uno de los ineptos (y de los otros), que no hacen llegar las mercaderías y los materiales para que los inundados por el río Salado puedan alimentar a sus hijos y puedan reconstruir sus humildes viviendas.
Ah, un agregado: Una de las señoras, enfurecida contra el gobernador, le respondió a Arena Política:
-¿Usted dice que el gobernador no mandó a nadie a que los auxiliará?
-“Si, lo único que mandó a Colonia Dora fueron policías, y el agua no pasó la ruta (nacional 34) para el centro del pueblo, fue por los vecinos. Con nosotros, los inundados del río Salado, Zamora es indefendible”.
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