Desde que llegó Gerardo Zamora al gobierno provincial, todo Santiago del Estero es testigo del nacimiento de una nueva generación de “empresarios”, hoy muy ricos y en constante crecimiento. Muchos son simples empleados; privados o públicos. Si algún pesquisa de la policía los examina un poquito nomás, (¡para qué vamos a decir si los investiga), demostrará que en los papeles figuran “empresarios” sin empresas.
Veamos. Se integran y se conformen con hombres y mujeres de los más variados extractos sociales. Los hay independientes, presta nombres, profesionales, empleadas doméstica, etc.
Por supuesto, “los empresarios nuevos ricos” sin empresas son todos prebendarios del Poder Ejecutivo provincial y, lo más grave, desde la Casa de Gobierno se los ha “transformado” en proveedores del Estado.
Ni Franco Macri (el papá de Mauricio) ha conseguido, en tan poco tiempo, el éxito en los negocios y las pingües ganancias que cosechan los nuevos ricos santiagueños.
Desfilan por los despachos personajes de toda calaña donde encuentran siempre el negocio que les permite el enriquecimiento fácil. Y, todos, con sus primeros éxitos (hace seis años que operan), se compraron camioneta (o camionetas) 4 x 4, una casita de fin de semana o algún departamento en Córdoba o en Tucumán.
Antes de que llegada del zamorismo al gobierno provincial no tenían, como dice el vulgo, a dónde caerse muertos.
Hay uno que “ganó” un concurso de precios para construir escuelas. Como nunca tuvo empresa, “vendió” las obras a empresarios del medio que le dieron un abultado “pago” y, aunque figura en los papeles como responsable de los emprendimientos, ni sabe a dónde están ubicados los colegios.
En la municipalidad de la Capital , en la era Hugo Infante, dos secretarias son “empresarias”. Una figura como dueña y la otra le otorgó la “empresa” a un pariente. Una es dueña de la “firma” que colocó los tachos de residuos y, la otra, se hace cargo de “los residuos recuperables” que llegan al basurero del sector Oeste.
Existe una secretaria del Ministerio de Gobierno que provee en todos los rubros a los intendentes y comisionados municipales. Tiene una casa como la de Yabrán, dos camionetas 4 x 4, y paga casi 10 mil pesos por mes a un restaurante vecino a la Casa de Gobierno en concepto de comidas y refrigerios que, a diario, le hacen llegar a su oficina, a su hogar y hasta a la casa de su madre.
Otro es dirigente-militante del ex juarismo y cumple funciones en una repartición pública. Ahora tiene “empresa” y construye Upas.
Se pueden llenar cartillas sobre estos nuevos ricos, “empresarios”, pero sin empresas, porque los hay en todas las oficinas.
La pregunta es obvia: ¿cómo superan los escollos de los organismos de contralor?
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