martes, 24 de agosto de 2010

Zamora y la Universidad Católica

José Luis Zavalía
Con métodos cuasi mafiosos, similares a los nazis, el gobernador quiere controlar todos los espacios públicos y privados.
El gobernador de la provincia se habría hecho dueño de una importante franja del paquete accionario de la ACUCSE, asociación que controla la Universidad Católica de Santiago del Estero.
Información que poseemos de muy buenas fuentes nos indica que, junto a Elías Suárez, “a” Sugus, y otros sectores, además de una porción menor del los antiguos propietarios, controlarían actualmente la mayoría de las acciones de esta casa de altos estudios.
Con maniobras judiciales, a través de un juez Curet, hermano del actual candidato a concejal de Compromiso Ciudadano y de su familia política, el gobernador habría logrado quebrar la resistencia del grupo fundador, para adueñarse de la Universidad.
Resulta desalentador para toda la comunidad de Santiago que una institución con cincuenta años de antigüedad, coherente y exitosa, haya caído ahora en manos de personas que buscan utilizarla sólo con fines de beneficio personal y económico, privando a los opositores el derecho a expresarse.
Nos preguntamos, por otra parte, de dónde obtienen Gerardo Zamora y Sugus Suarez los capitales necesarios, para emprender negocios empresariales. Cuando todos sabemos que no pertenecen a familias que les hayan legado importantes bienes de capital. Sino a las modestas y sencillas familias santiagueñas.
Lo digo con conocimiento de causa, posiblemente como muy pocos en Santiago, así que sé perfectamente cuál era su verdadera situación patrimonial, hasta diciembre del 2010.
Si se han enriquecido a través de la función de gobierno, como resulta evidente, cae de maduro que no lo han hecho por medios lícitos. Ningún salario público, ni siquiera el de gobernador, permite convertir a una persona pobre en millonaria. Menos en el transcurso de seis o siete años.
Debido a ello, es necesario, que algún juez o fiscal probo si es que existen, más tarde que temprano destape esta olla tapada a presión, como en su momento fue de la Julio Alegre, después será  la de Infante, como de otros más, para que toda nuestra sociedad ponga freno a esta pandilla depredadora que se ha lanzado, vorazmente, sobre todos los bienes públicos y privados, con el propósito de acapararlos. Un grupo mafioso y fascista,  que quiere controlar ya hasta el alma y los espacios religiosos de los santiagueños.
El 5 de septiembre, votando conscientemente a la UCR-FUP, podemos empezar un camino de recuperación. Toda la ciudadanía santiagueña debe enfrentar al abuso, la prepotencia y la angurria del zamorismo. Antes de que sea demasiado tarde.
En usted está decidir con su voto, y no en otros.