Miguel Sarquiz, conocido popularmente como “el tío Miguel”, cambió de camiseta y dejó a su ex amigo Gerardo Zamora para convertirse en un nuevo “militante” de “la causa” política de José Emilio “Pichón” Neder, con su Bases Peronistas.
Pero Sarquiz hizo otra de las suyas. Ocurrió en Beltrán, en pleno proceso eleccionario.
Resulta que alquilaba su galpón a la intendencia del pueblo, hoy en manos de Miguel Álvarez. Luego el “tío Miguel” conminó a la comuna a que le comprara el local. Primero pidió 200 mil pesos, luego 300 mil pesos, finalmente, 500 mil pesos. Como el intendente se negó a adquirir el predio ubicado en la ciudad de Beltrán porque tenía un precio excesivo, se enojó y desalojó a su locataria, la municipalidad.
De inmediato, abrió en ese galpón un local partidario de Bases Peronistas y se decidió a acompañar políticamente al hombre de Neder en Beltrán, el ex intendente José Bravo. Encima, “Bravito” le prometió que si triunfaba en las elecciones contra Álvarez, lo primero que haría al asumir es pagarle los 500 mil pesos por el galpón.
Entusiasmado por “las buenas relaciones!” con la gente de “Pichón” Neder, Sarquiz ordenó faenar una ternera y organizar un asado con Bravo y su gente. Se declaró “hombre de Bases Peronistas”, y dispuso que se ayudara al candidato con varios camiones repletos de mercadería.
Esta comilona fue organizada el domingo pasado, en un acto al que concurrió Neder para apoyar la candidatura de Bravo.
Pero Álvarez les hizo fracasar el acto del sarquisismo-nederismo porque a la misma hora hizo actuar al conjunto de cumbias y guarachas que dirige Marcelo Véliz, en un espectáculo que contó con la presencia de casi todo el pueblo de Beltrán.
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