domingo, 22 de agosto de 2010

El evangelio del domingo: Los últimos serán los primeros

Mario Ramón Tenti

Domingo 21 durante el año: 22 de agosto del 2010
Lucas 13,22-30

Introducción
Mientras Jesús sigue de camino hacia Jerusalén, instruyendo a sus discípulos y a la gente, una persona le pregunta por el número de los que van a experimentar la salvación que trae el Reino: “Señor, son pocos los que se salvan?” (V 23). Lo que está detrás de esta pregunta es la creencia en el judaísmo de que todo Israelita, por el hecho de serlo, entrará a formar parte del mundo futuro. ¿Qué pasará con el resto de la humanidad? ¿Entrarán en el Reino?

Luchen por entrar por la puerta estrecha
Jesús no responde a la pregunta planteada, no importa el cuánto, sino el cómo. Para entrar al Reino hay que “esforzarse”, porque la única puerta de acceso es “estrecha”. Muchos intentarán entrar, pero no podrán. (V 24). Más aún, intentarán entrar cuando ya sea demasiado tarde, cuando el dueño de casa haya cerrado la puerta. Esto significa que el  acceso al Reino depende no sólo del “esfuerzo” por entrar por la puerta estrecha, sino también de la actitud del dueño de casa que cierra la puerta en un tiempo insospechado y deja fuera a los “desconocidos”. Estos, dicen haber comido con él,  y escuchado sus enseñanzas, pero el dueño de casa (Jesús) nos los conoce ni sabe de dónde vienen. Incluso, les dice: “apártense de mi todos los que practican la injusticia”. (v 27). Estos que son echados fuera del Reino son aquellos que se conformaron con un vínculo superficial con el maestro, es decir, que no adhirieron a su llamada a la conversión ni pusieron en práctica sus enseñanzas.

Hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos
Inmediatamente después (vv 28-30) el Reino es descrito como la celebración de un banquete en el cuál participan el dueño de casa, los recién admitidos junto a Abrahán, Isaac, Jacob y los profetas de Israel. Los admitidos no sólo son los contemporáneos de Jesús sino “gente del este y oeste, del norte y del sur” (el Israel reconstituido) que en el Evangelio de Lucas designa a los paganos. Sin duda que esta situación refleja el rechazo de Jesús de parte de algunos sectores de su pueblo, pero manifiesta con mayor claridad la preocupación de la comunidad cristiana ante la apertura del Evangelio a los paganos.
Por último, el pasaje concluye con una máxima que anuncia la inversión de los valores de la sociedad que promueve el Reino: los últimos serán los primeros, y los primeros los últimos. Jesús, es un signo de contradicción, y frente a él no cabe otra posibilidad que decidirse a favor o en contra. El Reino exige radicalidad en la entrega, por eso muchos que piensan que son los primeros en entrar al Reino, serán los últimos y los que son considerados últimos serán primeros.

Conclusión

En nuestra sociedad actual no son muchos los que se preocupan por la salvación que trae el Reino instaurado por Jesús; incluso, el “cómo” se accede a ese Reino resulta poco claro. Quizás algunos piensen que se entra al Reino a través de prácticas meramente cultuales; otros, por el sólo hecho de “pertenecer a la Iglesia de Jesús”; algunos tal vez, crean que depende exclusivamente del esfuerzo humano (esforzarse por entrar por la puerta estrecha). Pero, para Jesús, la salvación es un don gratuito que su Padre Dios regala a aquellos que escuchan su palabra y la practican, para aquellos que obran la justicia y la misericordia. Es cierto que la puerta para entrar es estrecha, y que es necesario esforzarse, pero más cierto es aún, que es el mismo Jesús quién dispone su apertura y en quién confiadamente debemos poner nuestras expectativas y anhelos de Salvación. Si confiamos en él y practicamos sus enseñanzas, ya somos salvados.

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