miércoles, 25 de agosto de 2010

Zavalía aplaudido en el Ejército, Zamora insultado en el Vinalar

Un aspecto del acto en el Ejército Argentino.
El martes a la noche, sin entregar ni una sola bolsita de comida, sin dar ni prometer dinero a los punteros políticos, sin hacer ni una sola pintada o pegatina en la ciudad, un acto de José Luis Zavalía, reunión a 2.000 personas en el barrio Ejército Argentino. Unas horas antes, el gobernador Gerardo Zamora, su hermano Daniel y el candidato a intendente eran abucheados e insultados en el barrio El Vinalar.
El contraste entre los dos actos marca la tendencia de las próximas elecciones. Zavalía no tiene una gota de publicidad en ninguno de los medios de Santiago, salvo un puñado de valientes que se animaron a pautarle algunos avisos, mientras Zamora cuenta con toda la artillería de decenas de periodistas escribiendo y hablando a su favor, día y noche. Mientras la ciudadanía va a oir a Zavalía, se reúne espontáneamente para hostigar los actos del actual gobernador de los santiagueños.
La gente va espontáneamente a
los actos de José Zavalía
Otro diferencia entre Zavalía y Zamora es que mientras el primero habla por sí mismo, dando a conocer los planes que tiene pensados para el día que asuma en la municipalidad, Zamora lo hace en nombre de su candidato, al que en estos últimos tramos de la campaña no deja ni abrir la boca, por miedo a que la gente se de cuenta de que articula dos palabras y comete cuatro ultrajes al idioma español.
Luego del acto en el Ejército Argentino, Zavalía -que tenía otros compromisos- se quedó conversando con los vecinos, que le preguntaban sobre asuntos específicos de su futura intendencia. La mayoría de quienes se le acercaron, lo consultaron sobre los servicios públicos esenciales, que en este populoso barrio brillan por su ausencia, salvo la última semana antes de las elecciones. Zavalía sostuvo que no se le debe preguntar sobre alumbrado, barrido y limpieza, porque esas son obligaciones ineludibles de la comuna y que las va a cumplir a rajatabla, sino por otras cuestiones más elevadas, como la educación, el gas natural, la pavimentación de calles y la comunicación en la comuna.
A pocas cuadras de allí, solamente unas horas antes, los dirigentes pagados de Zamora se vieron superados por una multitud de enardecidos vecinos que reprochaban la fortuna mal habida del hermano del gobernador y sus costosos autos antiguos, pedían que se aclare de una vez por todas el asesinato de Raúl Domínguez, las 40 muertes del Penal de Varones, el nunca aclarado homicidio en el que pereció la periodista Claudia Orozco y el dinero mal habida de la mayoría de los miembros de su gabinete y la suya propia.

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