Diego Rosales Pejko
Cristina Fernández.
Creo que se han olvidado de un principio jurídico fundamental pero a la vez sencillo cual es el siguiente: el que alega un hecho o derecho -extranjero, claro está- debe probarlo. O, en el peor de los casos, lo han confundido con otro principio, cual es: inocente hasta que se demuestre lo contrario.
En el caso de nuestra -sí, por desgracia también es nuestra- Presidente (no presidenta, ya que uno no dice plomera, o albañila, o gerenta, vocala, concejala, fiscala, salvo estos dos últimos casos que sí ocurren en mi inculta provincia de Tucumán) no estamos frente a una acusación. No la estamos incriminando de algún delito, salvo que la estén investigando por usurpación de título.
Es ella, la Presidente , quien alega que es abogado. Por lo tanto, si un particular no le cree, allá él; pero ante el requerimiento de la sociedad, de los medios periodísticos, etc., Cr(ash)istina debe -debe- probar haber cumplimentado con su carrera de grado en esa área. Cuando ella dijo en algún momento de su vida: "Yo soy Cristina Fernández", para enlistarse, o para el trámite legal que sea, le habrán pedido el DNI, y les aseguro que si no lo hubiera mostrado, su identidad no hubiera quedado demostrada nunca. Lo mismo ocurre con cualquier título.
En fin, no la estamos acusando de abogado, es ella quien dice (alega) que lo es, y mientras no muestre el título -o sea, demuestre que lo es- simplemente no lo es, ergo, no hay que llamarla "doctora", ni "abogado".
PD 1: Por favor, inicien la causa por usurpación de titulo, a ver si por fin va presa por algo en este bendito país.
PD 2: ¿Cómo es eso que los datos públicos referidos a los K están "bajo 7 llaves"?
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