No quieren entregar la lucha.
Los trabajadores auto-convocados de la salud están trazando una estrategia que les permita rearmar el movimiento y preservar a los que quieran hacer oir sus protestas. Además están dando los primeros pasos para formar un gremio que los agrupe.
Esta decisión fue tomada porque los delegados que no entregaron la lucha están siendo sometidos a persecución de la policía en el hospital Regional, que les impide hacer asambleas, que impide la entrada de delegados de otros centros de salud y en actitud amenazante sigue por los pasillos a lo trabajadores que intentan reunirse.
Estas acciones de persecución han infundido mucho temor en los trabajadores. Con ellos se reactualizan mecanismos represivos de la época de la dictadura militar bien aceitados por los gobiernos seudo democráticos poteriores, como el de Gerardo Zamora. Es así que grupos de policías de civil recorren el hospital amenazando con desalojar a todo grupo de trabajadores que intenta reunirse, en abierta violación al derecho establecido en la Constitución Nacional. Según se dice también hay llamadas telefónicas a los Delegados más combativos amenazando con golpearlos.
Está siendo muy peligroso para algunos lo que dicen algunos delegados quizás porque denuncia, aclara y aporta a la verdad objetiva de lo que sucedió con la lucha de 7 meses de los auto-convocados.
Hay delegados que denuncian que la lucha fue traicionada por cuatro pícaros, a cambio de no se sabe todavía qué, aunque se podría deducir. O sostienen que las causas que volcaron a miles de trabajadores a la calle, no han desaparecido: básicos de 700 pesos, precarización del 70 por ciento del personal, jubilación digna, salud como política de estado y otras. Estos trabajadores sostienen además que los auto-convocados salieron con las manos vacías de una negociación tramada por cuatro pícaros a espaldas de las asambleas.
En los pasillos de los hospitales de Santiago se oye decir que “estos cuatro pícaros, preocupados por cumplir su palabra con el gobierno, trabajan para que las asambleas no se reúnan, para que la gente no les pregunte qué resultados va teniendo el supuesto diálogo con el gobierno” y a continuación sostienen que hay una asombrosa coincidencia con el gobierno, que persigue los mismos objetivos.
La desmovilización de los trabajadores, la esperanza en el supuesto diálogo, la represión puertas adentro del Regional, la prohibición de que entren a ese hospital los delegados más combativos y el silencio cómplice de los cuatro negociadores contribuyen a generar una suerte de parálisis momentánea en médicos, enfermeros y auxiliares de la salud.
Pero las causas que los empujaron a las calles siguen existiendo. Por ello se trazan nuevas estrategias para reorganizar el movimiento auto-convocado, que no solo llegó para quedarse, sino que en estos momentos se está estructurando para garantizar cobertura legal y gremial a cada uno de los trabajadores de la salud.
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