Zamora y algunos de sus socios en la represión.
El “Nuevo Santiago” es sólo un eslogan. Aquí no cambia nada. Estamos, en el manejo de la cosa pública, peor que con el iturrismo, y vivimos inmersos en un autoritarismo igual que con el juarismo.
Hay que dejar de hiperbolizar que Gerardo Zamora y sus funcionarios son mejores que César Eusebio Iturre y Carlos Juárez.
Resulta que por estas horas se amenaza a empleados públicos de que serán cesanteados si concurren hoy al Club Belgrano al lanzamiento en Santiago del Estero de la campaña “Duhalde Presidente”. La policía, con su jefe (Marcelo Pato) a la cabeza, anda rastreando a los punteros justicialistas de toda la provincia para informar si se reúnen con duhaldistas y si van a concurrir al mitin que presidirá el sindicalista nacional Luis Barrionuevo.
Además, el gobierno zamorista mira para otro lado frente a los actos de persecución que se están llevando a cabo en la municipalidad de Frías, por parte de los hermanos Fernando “Pimpi” (intendente) y Humberto “Cuchi” Salim (presidente del Concejo Deliberante).
Estos dos muchachos quieren mantener el feudo y Zamora se los permite. “Pimpi”, por indicación de “Cuchi” (candidato a intendente de Bases Peronista), cesanteó a Teté Gómez, con 27 años de antigüedad, a María Rina Toledo, encargada del comedor infantil de Villa Paulina y Eber Rivero, porque los tres se animaron a acompañar al doctor Juan Manuel “Nano” Baracat (a la sazón, sobrino carnal de los Salim).
Zamora va por el mismo camino por el que transitaron los corruptos y autoritarios de las últimas décadas. Tendrá que recordar cómo terminaron los Iturre y los Juárez; a quienes sus ex condicionales, sus ex empresarios prebendarios y sus ex amigos de la prensa, les dieron la espalda y los hundieron.
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