Los carteles contra Alberto Fernández.
Malos tiempos se viven en la Argentina y santiagueña. Alberto Fernández era, hasta hace unos pocos meses el más kirchnerista de todos los kirchneristas. De un día para otro renunció a su cargo de Jefe de Gabinete y en vez de continuar siendo requete-ultra-oficialista, pasó a mostrarse como lo que siempre ha sido, un hombre de pensamientos y acciones moderadas. Hace unos días dijo: “No me asusta ser candidato a Presidente”.
En cualquier país del mundo y en la Argentina anterior al 2000, hubiera sido una frase más dicha por un político común y corriente. En los tiempos crispados que se viven, en menos que canta un gallo aparecieron carteles que lo denigran sólo por haber expresado un deseo que no solamente él, sino muchos otros tienen.
Una situación similar viven en Santiago Emilio Rached y Juan Nicolás Cossos Pérez, entre otros, con la diferencia de que ninguno de los dos mostró su intención de postularse para algún cargo.
Desde que votó en contra de la resolución 125, el senador Rached ha pasado a ser -de la noche a la mañana- una mala palabra para el gobernador Gerardo Zamora y sus allegados que, incluso dejaron de frecuentar ciertos bares de la ciudad, por miedo a encontrarse de frente con el que fuera su vicegobernador y tener que saludarlo.
A Cossos Pérez, que fuera subsecretario de Trabajo de la provincia le pasó otro tanto. Alguna vez, luego de renunciar a su cargo, se topó de frente con su antiguo amigo Zamora, correligionario desde los tiempos en que ambos estaban en el llano, quien ahora da vuelta la cara para no saludarlo.
Lo dicho, no son buenos los tiempos que corren en la provincia, teñidos de la intolerancia que solo ejercen los mediocres.
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