martes, 30 de marzo de 2010

Voto electrónico ¿seguro?

Jorge S. King*
Imagen de la última elección en Pinamar (Télam).
"Se terminó el voto trucho, se terminó el voto en cadena, se terminó el salame adentro del sobre", dijo el electo intendente de Pinamar, Blas Altieri, en una entrevista.

Permítame disentir en parte Altieri, le concedo que se pueda haber anulado el voto en cadena, pero no hay ninguna garantía que no se pueda "truchar" el voto y una elección.
Otra frase respecto de la utilización de urnas electrónicas en los comicios en Pinamar, fue: "El voto electrónico es tan seguro como el homebanking", expresión del director nacional electoral, Alejandro Tulio, según La Voz de Tandil. ¿Está seguro Señor Tulio?, debería consultar a unos cuantos asesores técnicos con experiencia antes de comparar la seguridad de dos sistemas con propósitos diferentes.
Un detalle, en todos los avisos en relación a las condiciones de uso y responsabilidades de los sistemas "home banking", los bancos señalan que no se hacen responsables por los problemas que puedan surgir, porque ellos garantizan la seguridad de sus sistemas pero no la seguridad del equipo o de la conexión del cliente. Y está bien que así sea, el banco no puede ni debe ocuparse de la seguridad de los equipos, ni de la conexión de los clientes. Con lo que la garantía de seguridad queda en observación.
Las urnas electrónicas tampoco son absolutamente confiables, hay un sinnúmero de antecedentes donde se ha puesto en duda la seguridad y confianza de las urnas electrónicas.
En el Reino Unido, el Open Rights Group, ha señalado y documentado, que 'la falta de ensayos, procedimientos de auditorias inadecuados e insuficiente atención dados al sistema o diseño del proceso de la votación electrónica produce "elecciones abiertas al error y al fraude electoral"'.
En Alemania, en un fallo emitido el 3 de marzo de 2009, la Corte Constitucional se amparó en la cuestión de la transparencia para declarar inconstitucional y prohibir el uso de máquinas de votación electrónicas en las próximas elecciones. El fallo no llega a considerar inválidas las elecciones del 18 de septiembre de 2005 por no haberse acreditado un fraude electoral, pero indica que elecciones hechas con estos sistemas son inconstitucionales.
Otro antecedente: el 30 de octubre de 2006 el ministro holandés del Interior retiró la licencia de 1.187 máquinas de votar del fabricante, cerca del 10 por ciento del número total a ser usado, porque el Servicio de inteligencia Holandés demostró que se podía "escuchar" los votos desde una distancia de hasta 40 metros usando el dispositivo "Van Eck phreaking". Las elecciones nacionales debían realizarse 24 días después de esta decisión. La decisión fue forzada por una organización de base Holandesa llamada wijvertrouwenstemcomputersniet que se traduce como "no confiamos en las computadoras de votación".
Cualquier máquina de votación debe asegurar que los votos fueron registrados como fueron emitidos y escrutados como fueron registrados. La comprobación de esto debe ser, y así lo señalan los expertos más reconocidos en tema, mediante un sistema de auditoría independiente, a veces denominado "verificación independiente", que también se puede usar para recuentos o auditorias.
En este blog he tocado en reiteradas oportunidades el tema voto electrónico, y siempre he considerado, como todos los impulsores del tema, que un sistema de votación electrónico puede estar involucrado en un número de pasos en la instrumentación, distribución, emisión del voto, recolección y recuento de las boletas, pudiendo de ese modo introducir o no ventajas en cualquiera de esos pasos. Es verdad, tiene ventajas comparativas con respecto del sistema tradicional, pero no se pueden negar las desventajas potenciales, incluyendo la posibilidad de fallas o debilidades en cualquier componente electrónico y la ausencia de capacidad técnica en la auditoría del sistema.
Los sistemas de votación de Registro o Grabación Electrónica Directa, y en esto los expertos en seguridad en informática son unánimes, indican que software usado en las máquinas debe estar abierto al escrutinio público ("verificación independiente") para asegurar la precisión del sistema de votación. Las boletas deben ser verificables, son necesarias porque las computadoras pueden fallar y fallan y porque las máquinas de votar pueden ser adulteradas o sufrir desperfectos. Esto es una realidad que no se puede dejar de considerar.
Si desde que uno tiene memoria se acuerda que siempre se han señalado y denunciado acciones fraudulentas en los comicios en la Argentina, al ser el voto electrónico susceptible a alteraciones, nada garantiza que no sean blanco de esas prácticas.
Votar con computadoras no cierra la puerta al fraude. Los equipos ejecutan un programa, este puede ser cambiado o reemplazado. El reemplazo puede ser temporal, durante la elección, por otro diseñado para dar resultados preestablecidos. Y con ello el engaño podría ser realizado más fácilmente que con el sistema tradicional del voto en papel.
*Nota resumida, tomada de http://jsk-sde.blogspot.com/

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