Luis Pico Estrada
Eduardo Duhalde.
El aumento gradual en la imagen positiva de Eduardo Duhalde (merodea los 30), responde a necesidades concretas del justicialismo. Se resumen así:
Carlos Reutemann no se define. Mauricio Macri está en baja y con dificultades de estrategia trazada por su consultor político, el verboso Jaime Durán Barba. Francisco de Narváez difícilmente pueda superar el impedimento constitucional que prohíbe a los extranjeros (nació en Colombia) ser Presidente. Daniel Scioli depende de lo que resuelva el gobierno K. Felipe Solá no logra que su trabajo político le reditúe en números concretos.
Frente a este panorama, según el análisis de los consultores, la decisión de Duhalde de presentarse “y dar pelea” le da muy buenos réditos. Duhalde tiene otra virtud: la fortaleza de sus vínculos con las fuerzas agropecuarias, industriales y sindicales, con asesores permanentes como el economista Jorge Todesca o el gremialista Momo Benegas. Es la punta de un iceberg de personas que trabajan intensamente, dentro y fuera de la organización.
Es probable que ya esté al tanto de los crujidos del mundo y la sombra que oscurece la Argentina , como una inflación galopante capaz de sacudir cualquier proceso político.
Es este horizonte que parpadea, se define la vocación del Justicialismo para reencarnarse en el Poder. El resto de los frentes políticos también esperan. Pero ese es otro tema. Esta vez al menos, la oposición ya está conversando
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