Fernando Laborda
Mejoran la imagen positiva.
Los últimos días les depararon una sorpresa a funcionarios del gobierno nacional y a los propios analistas de opinión pública: el matrimonio gobernante experimentó una mejora en imagen positiva a nivel social.
De acuerdo con una encuesta realizada entre la última semana de febrero y la primera de marzo por una importante consultora que no hace trabajos para el gobierno nacional y cuyos responsables prefirieron mantener reserva sobre la fuente, Néstor y Cristina Kirchner alcanzaron una imagen favorable del 27 al 28 por ciento cada uno.
Se sigue tratando de un número más bien bajo, teniendo en cuenta que la presidenta de la Nación tenía al iniciar su actual mandato un apoyo no inferior al 56 por ciento, y que todavía su imagen negativa ronda el 60 por ciento.
Sin embargo, implica un crecimiento de algo más de cinco puntos respecto de las mediciones realizadas un mes atrás, que le adjudicaban en forma pareja al matrimonio una percepción social positiva que rondaba entre el 21 y el 23 por ciento.
Desentrañar a qué obedece esta recuperación de los Kirchner no parece fácil en un escenario económico donde las expectativas de inflación vienen creciendo cada vez más y donde el innegable aumento de los precios de la canasta familiar está golpeando con fuerza a los sectores más empobrecidos de la sociedad argentina.
Ciertos analistas explican este crecimiento de los dos principales dirigentes del oficialismo a partir de otro dato tomado de las últimas encuestas. Cada vez es mayor el porcentaje de ciudadanos que, al ser consultados sobre los problemas que más los preocupan, mencionan a la propia clase dirigente.
Este último hecho está atado a una verificable caída de la confianza en los líderes de la oposición. Distintos encuestadores coinciden en que el vicepresidente Julio Cobos y el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, han visto descender su imagen positiva en los últimos meses, en tanto la situación de Elisa Carrió es de estancamiento.
Con todo, quienes manejan estos números admiten que, pese a la euforia que en las últimas horas rodea la Casa Rosada , los Kirchner pueden ganar muchos games y sets, y hasta algunos partidos, pero siguen muy lejos de aspirar a revalidar el campeonato. Al menos por ahora.
Fuente, La Nación de hoy.
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