Juan José Ramón Laprovitta*
José Ratzinger cuando era cardenal.
II. Explicar las razones de este grave ataque al Papa, a mi humilde entender, no es sencillo, pero podemos inferir tres causas principales:
a) Intereses econòmicos: el apetito de dinero ha movido a estudios de abogados anglosajones a publicar anuncios: “¿Quiere hacerse millonario? Haga entrar a su hijo al seminario y en un año venga a vernos”. La common law, en efecto, permite a los abogados compartir con sus clientes la mitad de los enormes resarcimientos que ordenan los tribunales, nos dice Vittorio Messori.
En Estados Unidos, uno de los tantos abogados que hacen pingues ganancias con los abusos, el abogado Jeff Anderson, nos dice Silvia Pisani, ha obtenido segùn se calcula, màs de 60 millones dòlares de resarcimiento segùn lo dispuesto por la justicia norteamericana.
b) Oscuros intereses de algunos medios de comunicación masiva de nivel internacional. Algunos con una iniquidad manifiesta y otros con una postura de cal y de arena, pero que siembran la duda y la confusiòn. Tratando de desprestigiar no sòlo al Papa, sino a la Iglesia y socabando, porque no, al mismo Cristo. Segùn el vocero del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi, nos dice: “Aquì hay unos abogados que estàn pasando a los medios documentos de sus casos para ganar màs dinero. Y hay medios de comunicación que difunden los casos màs polèmicos sin profundizar”.
c) Razòn teològica: por una profunda crisis de fe.
No debemos olvidar la hipocresía de los viejos apòstoles de 1968, teòlogos algunos, que propiciaban la ”revoluciòn sexual en la Iglesia ”, y ahora se han puesto el sayal de moralistas escandalizados.
Esto ya lo presintió el gran Papa San Pio X, quien en la encíclica Pascendi, defendiò a la Iglesia de los peligros de la heterodoxia, lo que llamò: modernismo, que es la tendencia a negar la revelaciòn como medio de transmisión de las verdades cristianas. Esta tendencia es la que resume todos los errores del racionalismo, del positivismo, del relativismo. Es la suma de todas las herejías. Antes se iban los herejes de la Iglesia , hoy se quedan en ella para destruirla desde adentro.
Chesterton, Dostoîevsky, Berdiaeff, Pio XII y otros grandes pensadores pusieron el alerta sobre la crisis que se cernìa sobre la fe.
*Ex Secretario de Culto de la Naciòn Argentina.
Ciudad de Corrientes, Argentina, 24 de abril de 2010.
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