Emilio, con su amigo entrañable, el extinto Raúl Alfonsín.
Este fin de semana el senador nacional del radicalismo, Emilio Rached, visitó el sur de la provincia con una amplia agenda de actividades. En Icaño hizo un relevamiento de las necesidades y atendió diversas solicitudes de un grupo de evacuados que perdió sus viviendas a raíz del desborde del río Salado.
También estuvo en Casares donde participó de los festejos con motivo del centésimo aniversario de la escuela N° 801. En Malbrán concretó la entrega de un subsidio a un grupo de padres de alumnos de la escuela N° 802, que tendrá por destino la impresión de una revista conmemorativa del centenario de la institución, que se celebrará en los próximos días.
Por otra parte, su equipo de colaboradores realizó en la zona un importante operativo de gestión de jubilaciones y pensiones y tramitación de reclamos de asignación universal, el cual cubrió unas 300 solicitudes.
Senado
Asimismo, Rached tuvo una interesante participación en la comisión de Relaciones Exteriores, durante la visita al Senado del vicecanciller argentino, Victorio Taccetti y la directora general de Consejería Legal de la Cancillería , Susana Ruiz Cerruti, quienes abordaron el fallo del Tribunal de La Haya , sobre la pastera Botnia.
Luego de las explicaciones de los diplomáticos, el senador santiagueño intervino en varias oportunidades, preocupado por la posible instalación de otras pasteleras en la costa uruguaya, frente al río de la Plata en lugar del río Uruguay. En este sentido, Ruiz Cerutti señaló que Ence, la firma que concretó la planta de Botnia, elaboró un proyecto para instalar otra pastera en la zona de Conchillas sobre el río de la Plata.
En este caso, la directora indicó que el control se rige por el Tratado del Río de Plata de 1973 que es diferente al del río Uruguay, el cual data de 1975 y avanza más sobre la preservación del medio ambiente.
Asimismo, precisó que el tratado del río de la Plata obliga a ambos países a consultar las obras que se instalen en el río o canales -no en la costa- y que puedan afectar la navegación y el cuidado de las aguas de uso común. El proyecto de Ence -abundó- superó esa etapa de consulta en la Cancillería , así que la planta podría prosperar salvo que los nuevos dueños tengan un proyecto diferente y tengan que someterlo a una nueva consulta.
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