El hermano del gobernador.
Daniel Zamora se ha lanzado de lleno a la campaña electoral para ver si lo eligen intendente, aspiración máxima o concejal, la mínima, en las elecciones municipales que se celebrarán a fines de agosto o principios de setiembre.
Para ello, su partido, un ignoto Movimiento Cívico Progresista, decretó “el estado de movilización permanente en apoyo al gran proyecto político que encabeza Gerardo Zamora”, quien es justamente el hermano del flamante candidato a… algo.
Desoyendo las recomendaciones del gobernador, que ordenó que hasta que no termine el Mundial paren las campañas políticas, el jueves pasado, Zamora (Daniel), realizó un acto, en un galpón de Belgrano casi Solís. Cabe acotar que no es el único que hizo caso omiso a la recomendación de Zamora (Gerardo): los candidatos se lanzaron a captar voluntades con profusión de carteles, panfletos, folletos y todo el cotillón electoral propio de estas lides.
Por lo menos la mitad de los pre-candidatos a intendentes o concejales del oficialismo, busca el cobijo de un fuero que lo proteja de la segura prisión que los espera luego de que a fines del año que viene se venga abajo el gobierno nacional y consecuentemente el gobernador Zamora pierda el favor presidencial. Varios de ellos son funcionarios o, como el caso de Daniel Zamora, proveedores o contratistas del Estado, beneficiados con millonarias contratos de pornográficos sobreprecios.
Según un funcionario allegado a la mesa chica del zamorismo “hasta el momento ninguna candidatura mueve la aguja del tacómetro en las encuestas que periódicamente manda a hacer el gobierno para saber a qué atenerse”. Salvo -según la misma fuente- el intendente Hugo Infante, que corre con ventaja pues los empleados municipales al menos conocen su nombre y en público manifiestan que si se presenta como candidato lo votarían.
El resto es conocido apenas en su cuadra y por parientes, amigos y favorecedores. Por ello, el hermano del gobernador ya se agenció también un “órgano de comunicación” para dar a conocer su candidatura, además de los “aprietes” a los que ya está sometiendo a empleados públicos y dirigentes para que asistan a sus “plenarios dirigenciales”, so pena de cortar el contrato de locación a humildes santiagueños.
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