Valentín Ayunta
Pagan, compran, utilizan la billetera para censurar a los adversarios o al que estén en la vereda de enfrente y piensen distinto. En el zamorismo gobernante la fauna de miserables es mucha. (¡Para qué hablar los que rayan el Código Penal! Sería de nunca acabar).
Hoy nos referiremos con exclusividad a los miserables, o sea a los perversos, abyectos y canallas.
Un opositor, político, ciudadano común y hasta un modesto periodista, están condenados al silencio si no comulgan con el régimen siniestro y retorcido. Se los asfixia en los medios de prensa oficialistas.
Por ello, José Luis Zavalía o Emilio Rached -que formaron a muchos que antes se decían radicales y ahora detectan el poder con los votos del peronismo-, están obligados a inventarse sus caminos y tienen que acudir a los medios alternativos como Internet, con sus páginas en la web.
Pero tampoco le gusta al régimen que los opositores aparezcan con páginas en Internet. También hay orden de barrerlos. Tienen que estar callados. Y los hacen callar usando la billetera abultada y acudiendo a los “buenos oficios” de hackers de Córdoba y la Capital Federal a quienes les pagan, según la página web a voltear, “honorarios” que van de 3 mil, pasan por 5 mil y llegan a los 10 mil.
“La democracia” del zamorismo y su “Estado de Derecho” no incluyen a los adversarios; a los que no piensan como los “boletines oficiales”
Hace una semana, frente a tamaña censura, José Luis Zavalía contrató un experto y levantó en Internet su página para hacer conocer sus ideas, proyectos y el cronograma de reuniones como candidato a intendente de la Capital por la histórica UCR.
A los tres días, los “ricos funcionarios” pagaron a sus hackers de Córdoba y Buenos Aires y le dejaron en blanco el medio alternativo del líder radical durante el fin sábado y el domingo, porque José, como Emilio (Rached) o “Chabay” (Ruiz), “no tienen que aparecer en ningún lado”, según la orden de los jerarcas del “nuevo juarismo”.
¡Para qué hablar de las escuchas telefónicas! Aquí, en Santiago del Estero, nadie, en toda la historia política de la provincia, ensució tanto a la libertad, a la intimidad y a la sana convivencia como este gobierno de miserables que tiene “pinchados” miles de teléfonos fijos (el de la familia o el de las oficinas) y los móviles (celulares) de políticos opositores, de dirigentes docentes luchadores, de periodistas independientes y de todo santiagueño que no adhiera a las políticas de los sin vergüenza.
No ha advertido todavía el zamorismo que ha enfermado al tejido político de la provincia con el unicato, la censura y la prohibición para con los opositores, y con la dádiva, la impunidad, el “piedra libre” para los robadores a los que ha encolumnado.
¡Menos mal que cada día que pasa falta menos para que los santiagueños, con democracia y con el voto, se dispongan a cambiar a los poliladrones con dirigentes en serio dispuestos a purificar a la política de este pueblo.
“Los denuncio y los hago responsables a los que conducen este gobierno provincial, porque solamente ellos cuentan con los equipos y los recursos económicos y por ello derribaron mi página web”, dijo José Zavalía a través de correos electrónicos, durante toda la jornada del domingo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario