lunes, 10 de mayo de 2010

La mejor discípula del General Perón

Ramón Landajo
 María Eva Duarte de Perón.
Conmemoramos el natalicio de María Eva Duarte de Perón. Hasta en los más apartados y lejanos pueblos del país, hay corazones que guardan en ellos el fervoroso amor por Evita. Única. Hasta sus adversarios respetan a nuestra Abanderada de los Trabajadores, fiel intérprete del pensar y sentir de Juan Perón, su Coronel y su General.
Fue el brazo ejecutor de la política social que nace con fuerza de su pasión y fanatismo que siendo carne en ella desde su adolescencia enfrentando a una clase insensible a todo lo que es amor y solidaridad, sabe que en Perón está la Patria y el Pueblo.
Evita, la extraordinaria mujer que nunca renunció a la lucha, que no se dejó ganar por vedetismo alguno, entregó su vida a nuestra Causa, tal como lo reconoció siempre el General. Cuando, se encendió la hoguera de su pasión cuando finalizado el Festival a favor de las víctimas del terremoto de San Juan se realizó en el Luna Park, acompañó al Coronel Perón, secretario de trabajo y previsión, a una cena convocada por el Coronel Imbert, secretario de comunicaciones, en la Munich de Costanera Sur.
Comentaba mi General, en aquellas horas del destierro compartido en Panamá, (1955-1956), que fue una sobremesa que se extendió hasta el amanecer, donde un sentimiento común quedó fundido en el encuentro, que luego se consolidó en los pocos años que compartieron a partir de entonces, dado que la débil salud de Evita, sumada a su incansable trabajo a favor de los pobres, los humildes, los niños y ancianos, los olvidados y sumergidos, hicieron mella en ella.
Fue apasionada, como debe ser todo aquel que sienta la pasión del Peronismo. No dejó, ni en el agravamiento de su enfermedad, su firme vocación de patria y pueblo. Supo, permanentemente, advertir los muchos riesgos que íbamos a correr, y sólo basta leer alguno de sus muchos mensajes.
Marcó a los políticos ambiciosos y de ellos dijo: “Por eso nosotros debemos cuidarnos de la baja política de círculos y sólo preocuparnos de la alta política de los intereses de la Nación y del pueblo.
También, Evita dejó expresa directiva, que sirve en el tiempo: “Pero nosotros, los Peronistas, estamos bien acostumbrados, gracias a Perón, y muy alertas; y a cualquier gobernante que quisiera obrar de esa manera, que fuera un mal peronista o un opositor, lo arrojaríamos del país a la fuerza. Porque hay algo que nos ha enseñado el General: amar a la Patria y ver cuáles son sus enemigos. Sobre todo, el General nos ha enseñado a ver cuáles pueden ser los malos, y nos ha dado la solución para la felicidad de nuestro pueblo.
Eva Perón ha sido y será única. Leer y recordar. En esta hora que vive el país, enfrentando el caos y los propósitos nefastos de quienes dicen ser, lo que no son, Evita supo decir: “Podemos aceptar, tal vez, que se toque algún funcionario, porque a lo mejor así se nos podrán abrir los horizontes y sugerírsenos ideas, pero las obras de Perón ni Perón no pueden ser tocados por quienes siguen vendiendo la Patria al diablo.
Cuando hoy recordamos a Evita, traemos a la memoria lo que supo decir sobre el amor de los trabajadores.
“Es así como genialmente ha dicho el General Perón: el Justicialismo no puede vivir sin el sindicalismo, pero no le arriendo la ganancia al sindicalismo sin el Justicialismo.

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