lunes, 10 de mayo de 2010

“Poroto” Sotelo, el “otro Alegre”; pero libre

Intendente Alberto Guido Sotelo.
Es mentira que el único corrupto haya sido el ex intendente Julio Alegre.
En este gobierno abundan los que caminan, desde la función pública, por las sendas del mal. Uno que hizo, hace y, al parecer, hará todo fuera de la ley (y seguirá libre), es el jefe comunal de San Pedro de Guasayán, Guido Alberto “Poroto” Sotelo. Un sujeto de siete suelas, como se decía antes para ponderar a los ladronzuelos, al que lo encubren desde el gobernador Gerardo Zamora pasando por el ministro de Gobierno, José Emilio Neder (el que lo cuida tanto que hace suponer que es socio de tropelías), por el ministro de Justicia, Ricardo Daives (que “instruyó” más de 20 causas y se quedó con los papeles en su escritorio), y todos los jueces que miran para otro lado cada vez que les cae un expediente contra “Poroto”.
En un solo período (2006), se robó 5 millones de pesos, conforme la documentación del Tribunal de Cuentas y la acusación de Fiscalía de Estado.
El Concejo Deliberante de San Pedro de Guasayán no logra reunirse para tratar el pedido de desafuero, porque los tres concejales de Sotelo no asisten y, por falta de quórum, esta institución no funciona desde hace más de dos años. Y la cosa sigue así. Un corrupto está libre gracias a la impunidad que le otorgan los poderes públicos. Nadie mueve un dedo como, por ejemplo, castigar a los ediles que cobran dietas pero no concurren a sesionar, en una complicidad repulsiva.
La corruptela del intendente “Poroto” Sotelo, al parecer, le otorga potestades extraordinarias como ingresar a la Casa de Gobierno como si fuera un prestigioso dirigente y referente del Frete Cívico. Hace unos días fue a ver a su amigo “Pichón” y pidió la cabeza de la encargada del Registro Civil de San Pedro de Guasayán. La mujer, pese a las “púas” del intendente, sigue firme y no le admite irregularidades.
La cuestión es que Sotelo, como vienen las elecciones municipales, tras gente de las provincias vecinas y los inscribe como habitantes del pueblo. En el 2003 inscribió a 150 vecinos de Taco Ralo, Tucumán, los que sólo pisaron San Pedro de Guasayán el día que el intendente los trajo a votar.
Y, al revés, como no es capaz de interesarse de traer planes sociales para su gente, son muchos los pobladores que se anotaron en San Pedro Santa Rosa (Catamarca), a fin de recibir beneficios como pensiones por incapacidad, ingreso universal y otros programas nacionales. Los pobres, tienen doble residencia: en Santiago, donde residen, y en Catamarca, donde perciben beneficios. Ahora, estos desamparados vecinos intentan volver a inscribirse en San Pedro de Guasayán con el único propósito de poder votar y castigar al candidato de “Poroto”. La encargada del Registro Civil los habilita porque, como todos se conocen en el pueblo, sabe que se trata de coterráneos suyos, a los que ve todo el día.
Hace poco la funcionaria tomó licencia por unos días, y por ello muchos vecinos aprovecharon sus viajes periódicos a Santiago Capital, y apuraron los trámites en el Registro Civil central donde lograron cambiar de domicilio, justamente, para poder participar en los comicios de septiembre.
¿Qué hizo Sotelo?, salió a denunciar a través de la prensa amiga que “los contra están cometiendo irregularidades”. Hizo esto para justificar sus irregularidades. En estos momentos tiene a 12 familias de Lavalle (a las que acarrea todos los días), intentando anotarlas como vecinos de San Pedro de Guasayán para que voten por su candidato. Como la encargada del Registro Civil no acepta el cambio de domicilio, vino a ver a “Pichón” Neder y  pidió que corriera “a esta mina”.
Encima, llega al pueblo y cuenta que “ya la hará rajar” y amenaza: “Igual voy a ganar las elecciones, porque tengo para pagar 1.000 pesos por voto. Para eso tengo plata”.
Un corrupto anda suelto por San Pedro de Guasayán. Que se anoticien los funcionarios públicos, desde Zamora para abajo.

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