Mañana a las 4 de la tarde llegará el Luis Farinello a Santiago para participar de la marcha de los autoconvocados en la que también estará presente Nora Morales de Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo (línea fundadora). El sacerdote viene para apoyar la lucha de los médicos. Seguramente dirá algunas palabras.
Cabe acotar que hasta el momento la iglesia Católica santiagueña centelleó por su ausencia junto a los trabajadores de los hospitales públicos de la provincia. Su abandono es causa de dolor y aflicción para muchos fieles que se deben atender en los desmantelados centros de salud de Santiago.
Farinello se hizo conocido por su intensa labor para dar batalla al hambre y la desocupación, también mediante los fondos que generaba a través de su presencia en los medios: comedores populares, cooperativas de vivienda y de trabajo, atención de niños abandonados, madres solteras, jóvenes en riesgo, víctimas de la violencia institucional.
Junto a él estará Nora Morales de Cortiñasque en la década del 70 perdió a su hijo Gustavo, por el que comenzó su lucha en movimientos de Derechos Humanos.
De la marcha también participarán dirigentes nacionales de la Central de Trabajadores Argentinos, movimientos sociales de Santiago, organizaciones que no dependen del gobierno, gente común que se solidariza con la lucha por una salud eficiente y los auto-convocados de Tucumán, que vienen acompañando a sus pares santiagueños en el camino de torcer la voluntad de un gobierno que se niega a ver la realidad de pobreza y desidia de sus principales hospitales.
En Tucumán, un conflicto de similares características al de Santiago, está teniendo un principio de arreglo gracias a la mediación del arzobispo Luis Villalba, pero en Santiago los sacerdotes que participan de las marchas lo hacen a título personal, pues la Iglesia no se involucra aquí con cuestiones del César, sino que está embarcada en la empresa de llevar almas al Cielo, sean de enfermos que pudieron salvarse de haber sido atendidos en hospitales con todos los insumos o de desahuciados a quienes nada podía alejarlos de la muerte.
Fotos: Arriba, Luis Farinello.
Abajo, Norta Morales de Cortiñas.
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