Alejandro González*
Si el fútbol es el deporte más popular, el básquet enarbola la bandera del federalismo con los recurso públicos. De Santiago del Estero a Chubut, ocho provincias y la Capital Federal aportan representantes a la Liga Nacional. La competencia, tiene un ADN distinto: la millonaria inversión publicitaria de los diferentes gobiernos provinciales y municipalidades. El 80% de los equipos de la liga de Básquet se sostiene con fondos estatales.
En promedio, los clubes que disputan la Liga Nacional tienen un presupuesto de alrededor de 5 millones de pesos, más de un y medio millón de dólares. Ese dinero, en algunos casos, es aportado en su totalidad por las administraciones públicas. Quimsa, de Santiago del Estero, llegó al subcampeonato el año pasado propulsado por el frondoso caudal de billetes que repartió el gobernador Gerardo Zamora.
“El gobierno sabe que la inversión que hace en Quimsa reditúa en votos”, dicen los representantes del club y los funcionarios provinciales en la fusión santiagueña. “Cuando juega el equipo se juntan 5 mil personas, que se distraen, se entretienen, se olvidan de los problemas y de los pobres salarios que cobran. Afuera del estadio, los restaurantes trabajan a destajo, igual que los empleados de seguridad y los estacioneros”, agregan.
La administración Zamora -un “supuesto entusiasta del deporte”, aunque no se le conozca que en juventud, ni ahora practique deporte alguno, salvo su nuevo jovi de carreras de autos, deporte sólo para ricos- cubriría alrededor del 80 por ciento del presupuesto del club Quimsa. Su camiseta parece una página de clasificado andante: desde el Gobierno de la Provincia , UPCN, un gremio que conduce esta Institución, cuyo secretario general, el Diputado Provincial Gerardo Montenegro, es el que maneja los
cuantiosos los millonarios fondos que le entrega la provincia y otras entidades locales son sus patrocinadores.
El ascenso a la Liga Nacional de Olímpico de La Banda , otro equipo santiagueño, le significó a Quimsa algo más que un enemigo deportivo. A la hora de golpear las puertas de la Casa de Gobierno en busca de recursos, Olímpico intentó equipararse con Quimsa. “Primero ganen. Después vemos”, les dijeron a sus dirigentes. De todas maneras, la provincia viene colaborando con buena parte del presupuesto del equipo recién promovido.
Algo parecido sucede con Regatas de Corrientes, Aguas de Corrientes y Lotería Correntina son históricos auspiciantes del club.
Atenas de Córdoba reciente, luce en su elástica los logos del Banco y de los Casinos de la provincia mediterránea. Gracias a los buenos oficios de Felipe Lábaque -padre de Bruno, el base del equipo-, presidente del club, Atenas consiguió el apoyo de la administración de Juan Schiaretti. Con gastos proyectados por casi cinco millones de pesos.
En Bahía Blanca, que se jacta de ser la “capital del básquet argentino”, sucedió algo inusual: la municipalidad local instrumentó un salvataje financiero para el único club de la ciudad que permanece en la elite del básquet, Estudiantes. A cambio, le exigió que se cambiara el nombre. A partir de esta temporada, el equipo se llamará Bahía Blanca-Estudiantes.
*La Voz del Interior, Córdoba.
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