lunes, 8 de marzo de 2010

El mito del eterno retorno

Pedro Villagra
Gerardo Zamora y Cristina Kirchner.
El gobierno de la provincia debe desactivar lo antes posible el conflicto que mantiene con trabajadores de los hospitales si no quiere enfilar directo a su primera derrota electoral, para peor en la capital, el territorio que los radicales supieron conservar con esmero y dedicación durante 34 largos años.
Este año en Santiago se dará la primera compulsa electoral con vistas al 2011. La carta de un triunfo oficialista en Santiago del Estero sería mostrada como el primer escalón de Néstor Kirchner con vistas a conservar el poder en la Argentina, de la mano de su más aventajado alumno, Gerardo Zamora.
El gobierno provincial lo sabe y para ello apurará una catarata de inauguraciones con las que fatigará a los santiagueños en general y a sus propios seguidores en particular, sin dar descanso a los bombos (al tetra y al chori) con los que piensa habilitar las nuevas oficinas del Poder Judicial, las millonarias hamacas del Pulgarcito y las lujosas reparaciones de las veredas de algunas placitas de la capital.
Pero, hablando en plata, una derrota, aunque fuere por un voto, sumirá al gobierno provincial en la más negra de las oscuridades: desde Buenos Aires restringirán aún más el recortado presupuesto por el cual innumerables empresas constructoras pequeñas se encuentran paralizadas desde hace diez meses. Y es posible que dos o tres de las grandes deban comenzar el recorte de personal al día siguiente de la cuenta de los votos, si el candidato zamorista no gana.
Faltan pocos meses para que comience la repartija a mansalva de bolsas de comida con las que el gobierno compra la voluntad de los pobres, para que vuelva el acarreo de gente de aquí para allá, para que los encendidos discursos oficiales canten loas a los “logros” de una administración cuya características más saliente es el zafarrancho de las obras públicas a diestra y siniestra sin un plan para administrarlas, sin una mínima idea de su utilidad.
Hay mitos que tienen asidero en Santiago como en cualquier otro lugar del mundo, uno de ellos es que todo vuelve: lo que fue será de nuevo, si no es hoy, será mañana, pero todo vuelve. Sólo se equivocan los funcionarios si creen que este mito también se les puede aplicar. Para ellos no será eterno el retorno. Uno de estos días se les ha de acabar.

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