jueves, 4 de marzo de 2010

Polti enrareció el ambiente con papeles sin firma



Ayer uno de los principales causantes de haber vuelto denso el aire de los manifestantes, fue el  obispo de Santiago, Francisco Polti, que durante la mañana llevó papeles sin firma de aquí para allá, haciendo de vocero de tirios y troyanos, sin percatarse -o quizás a sabiendas- de que estaba siendo útil sólo a los intereses de la más poderosa de las dos partes en conflicto.
Alguien debería explicarle que correr de la oficina de un funcionario a otro y de allí a ver si la contraparte acepta, ir y volver con mensajes y mensajitos, no es una mediación sino una simple interposición de buenos oficios, un humilde entrometimiento a lo sumo.
Los entendidos consideran mediación la que llevó adelante el cardenal Antonio Samore durante la crisis entre la Argentina y Chile por el conflicto del Beagle o la que encabezó el arzobispo de Tucumán, Luis Héctor Villalba durante la crisis de médicos que acaba de vivir la vecina provincia.
"El trabajo de Polti fue ensuciar la cancha unos días antes de la manifestación a ver si lograba que a último momento los auto-convocados desistieran de su actitud", sostuvo un médico del hospital Regional. Y agregó: "Obviamente lo vimos venir de lejos y lo atajamos como correspondía, le dimos las gracias por su trabajo, pero no nos movemos de nuestra posición".
Muñeco de la anteúltima marcha.

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