Ayer a la mañana, por primera vez el obispo Francisco Polti tomó conocimiento del conflicto que mantiene el gobierno de Gerardo Zamora con trabajadores de la salud, cuando recibió una misiva de Casa de Gobierno, que inmediatamente remitió a los médicos. No se sabe si su trabajo se limitó a hacer de pasamanos de una carta o si tomó activa participación en el problema, como vienen pidiendo no solo los involucrados sino toda la grey católica de la provincia.
De todas maneras, los auto-convocados persisten en sostener que su exigencia de un tratamiento de la salud como política de Estado tiene que ver con el cómo sostiene el raquítico sistema las necesidades de la población. “Hoy lo hacemos desde una atención precaria, con insumos mínimos. Queremos discutir la aplicación de verdaderas políticas de prevención y promoción de la salud, para evitar la enfermedad, tal como lo plantea hace años la Organización Mundial de Salud”.
Los trabajadores también sostienen que se deben plantear los temas salariales y los contratos precarios de trabajo. De otra manera “¿cómo planificar una estrategia en salud sin contar con trabajadores con sueldos dignos, estabilidad laboral, derechos sociales reconocidos: esto es jubilación, obra social?”, se preguntan.
Otra pregunta: “¿Cómo tener recursos humanos trabajando 7 horas, si hoy los médicos, sobre todo, son trabajadores golondrinas que cumplen cuatro horas en la parte pública y tienen dos o más trabajos en la parte privada, de los cuales el Colegio Médico, sin ningún esfuerzo les retiene el 25 por ciento?
Calculan que un médico después de trabajar desde las 7 de la mañana, en horario corrido, hasta las 9 de la noche, puede acercarse a los 5.000 pesos. Eso no lo convierte en millonario. Es la mitad de lo que gana un médico de 8 horas en un hospital público de Neuquén.
Señalan que el gobierno vende muchas mentiras y no cuenta que Gerardo Zamora no se anima a recibir a los 13 delegados auto-convocados. “No puede sostener una discusión con ellos. No tiene argumentos para rechazar los puntos del petitorio”.
Francisco Polti.
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