Zamora entregó un bombo al presidente Kirchner.
El gobernador Gerardo Zamora y su séquito responden: “Hacemos obras por todas partes”, cuando algún valiente les dice que dejen de apoderarse de los dineros públicos inventando obras faraónicas sobrevaluadas.
Es un deber el hacer obras. Pero planificadas y bien administradas. Ser gobernante y colaborar con el gobernador con funciones públicas que significan servir y convertirse en empleados de la gente. La plata que llega de la Nación no son para Zamora y sus acólitos; es para los santiagueños.
Por ahí, algún desinformado se andará preguntando por qué hacen paro los médicos, enfermeros y personal del Ministerio de Salud. Sencillo, porque se les paga muy poco por la samaritana función que desarrollan diariamente, porque no se cuidan los hospitales y porque se roban todos los insumos. Los amigos del gobernador son proveedores, se benefician con las compras directas, cobran, pero no hacen llegar los remedios ni los insumos a los hospitales públicos.
Se hacen hospitales en ciudades de amigos. En Añatuya porque de allí es el vice gobernador Ángel Niccolai. En Loreto, porque de allí es el ministro de Gobierno José Emilio Neder. En Ojo de Agua, porque de allí son el intendente Rodolfo Lino Cappellini y su mujer, la senadora Ada Iturrez. Parece que Zamora ordena “¡Hagan el hospital!”, y no le importa (ni a él, como mandamás, ni a sus ministros y directores, amanuenses), la planificación y el estudio de la región.
Y, como se hacen obras sin programación, pasa lo que está ocurriendo hoy (sábado) en el hospital de Ojo de Agua. Todas las instalaciones están inundadas. El edificio se ha construido en una parte baja del pueblo que se anega fácilmente a la tormenta o lluvia más leve.
Por cuestiones como estas hacen paro los auto-convocados de salud, y por ello la gente los apoya multitudinariamente.
Jueguen con la plata de las plazas, de las viviendas y de Deportes, haciendo casas de cuarta y el autódromo, por ejemplo. Malgasten, remitan una parte del dinero a Buenos Aires y la otra repártanse entre funcionarios provinciales y constructores, pero no se mofen ni roben ni improvisen con la salud.
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