Los manifestantes pidieron justicia por una sospechosa muerte en el Regional.
Hace un rato todavía marchaban por las calles del centro de la ciudad, los trabajadores de la salud junto a organizaciones sociales de todas las extracciones políticas. Fue más que evidente que había mucha menos presencia policial, y que ya sin contramarcha los rostros de algunos estaba más distendidos que en ocasiones anteriores.
Como anticipó Arena Política, no hubo cánticos en contra del gobierno.
Ante la desazón de muchos trabajadores, tal como anunció este portal, el miércoles a la noche se llegó a un acuerdo que permite que mañana y el lunes se concurra a los hospitales y salas de primeros auxilios con normalidad, mientras se negocia algunos puntos, no todos los que formaban el pedido inicial de los auto-convocados.
“Estaban desesperados por acordar algo, nos llegaron a decir que no teníamos que desconfiar porque se trataba de las autoridades constituidas y nos acallaron en algunas reuniones”, manifestaron a Arena Política algunos dirigentes del sector proletario (por llamarlo de alguna manera), de los autoconvocados.
Auto-convocados de Tucumán, Córdoba y trabajadores de Catamarca se sumaron a la marcha de hace un rato, junto a policías que fueron exonerados tras los graves incidentes del 2006 cuando una turba enloquecida de zamoristas pretendió destrozar la Jefatura. También se hicieron presentes militantes de partidos de izquierda como el Movimiento Socialista de los Trabajadores, la Corriente Clasista y Combativa, el Partido Comunista Revolucionario y otros.
Para unos fue la marcha del triunfo, ya que suponen que se dobló el brazo al gobierno de la provincia, otros siguen preocupados porque no saben la suerte que correrá, entre otros, Gustavo Cáceres, uno de los iniciadores del movimiento y que no cobra su sueldo desde hace siete meses.
Paradójicamente los sectores más humildes de los auto-convocados estuvieron más dispuestos a resistir hasta último momento que quienes se supone que tienen más poder adquisitivo, o como se dice en la calle más “rebusques” para ir tirando. También en esta ocasión, como en otras muchas de la historia santiagueña, los más humildes fueron quienes más se comprometieron con la causa, mientras que quienes tienen más posibilidades económicas estuvieron siempre más dispuestos a aflojar.
La presencia de la dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores, Vilma Ripoll, fue un detalle que no pasó inadvertido para muchos. Entrevistada por algunos medios de prensa, dijo que había recorrido los hospitales de Santiago y –como enfermera universitaria que es- se hacía cargo de la desastrosa situación de la salud pública en Santiago.
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