Humberto Salim.
Hace un tiempo en estas páginas se reflejaron las objeciones legales a la pre-candidatura de Astor Padula a la intendencia de Frías, teniendo en cuenta su pertenencia al Poder Judicial.
Hoy se asiste a otra pre-candidatura, la de Carlos Daniel Vidarte, recientemente ascendido a sub-comisario de la policía de la provincia, tal cual lo refleja el decreto 1.884/09. En efecto, el boletín oficial del 13 de enero de este año anunció que ascendió de oficial principal a sub-comisario.
La pregunta es si su candidatura se ajusta a las normas vigentes, ya que en la ley de generalidades de la policía de Santiago dice que se sancionará con cesantía o separación de retiro “intervenir de cualquier forma en política, en la organización de los partidos políticos o en su gestión, salvo el personal retirado”.
Según dicen, Vidarte se presentaría por la Unión Cívica Radical, pero ¿este partido, tradicional custodio de las formas y legalidad de las acciones públicas no tiene otros hombres que se encuadren dentro de la legalidad?
Por el lado parte del oficialismo gobernante, en Frías, se descuenta que el candidato será Humberto Salim. Personaje con una larga historia dentro de la política local: destituido por juicio político, prófugo de la justicia por varios años, quebrado judicialmente, deudor de la provincia desde 1993, de una unos 300.000 dólares, actualmente presidente del Consejo Deliberante, cargo mediante el cual obtiene pingües ganancias, en la utilización de maquinaria, camiones y personal municipal para su empresa particular.
¿Frías no tiene hombres o mujeres que tengan la fuerza de romper con una historia que los condena, por la pasividad con que aceptan que las cosas simplemente ocurran? ¿No hay un Rodríguez, un López, un Pérez o cualquier otro apellido que pueda ocupar el cargo de Intendente? ¿Siempre debe ser un Salim, o quien ellos designen?
Queda planteado el desafío, Frías merece otro destino, de ellos depende.
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